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Ya hemos hablado de la importancia que tienen los materiales ignífugos en Valencia para preservar la seguridad de los edificios en caso de incendio. Y es fundamental que dichos materiales, así como el resto de sistemas de protección pasiva contra incendios, cumplan al pie de la letra la normativa vigente.
Pues esa normativa es el Código Técnico de Edificación (por sus siglas CTE), que está en vigor desde 2006 y que establece algunos preceptos sobre los materiales ignífugos de Aplan. En primer lugar, hay que advertir que el CTE marca las exigencias básicas de calidad que deben tener todos los edificios que se construyan en España en lo relativo a la seguridad (seguridad estructural, seguridad contra incendios, seguridad de utilización) y habitabilidad (salubridad, protección frente al ruido y ahorro de energía).
Así las cosas, los materiales ignífugos en Valencia deben tener el objetivo de prevenir que, en un incendio, sea cual sea su origen, el acero y los restantes materiales estructurales de la construcción pierdan su resistencia mecánica. Hay que tener en cuenta que en un incendio de varios minutos de duración, las temperaturas que se pueden alcanzar rondarán los 500º C, suficiente temperatura como para conseguir que el acero pierda sus facultades y el edificio pueda colapsar.
Por tanto, el objetivo de los materiales ignífugos es evitar tanto que los incendios y las llamas afecten a las propiedades de los materiales de construcción del edificio, pero también a los propios elementos en sí, causando deformidades en vigas, cubiertas, columnas, etc.